La tradición y cultura del aceite de Lleida
El aceite de oliva virgen extra de arbequina es propio de la comarca que lleva este mismo nombre. Las cosechas de secano favorecen la elaboración de uno de los mejores aceites del mundo. Además, la primera denominación de origen, reconocida por el Ministerio de Agricultura en 1975, recayó sobre esta zona, famosa por el cultivo de las olivas arbequinas.
La zona de producción de la oliva arbequina se encuentra en el sur de la provincia de Lleida, principalmente de la comarca aunque también la encontramos en varios municipios de otras comarcas como Segrià y Urgell. La variedad típica del territorio y producida por Olis Bellaguarda, es la oliva arbequina con un sabor medianamente amargo y herbal, y ligeramente picante al final. Esta variedad es internacionalmente reconocida, hasta el punto en que muchos países del extranjero cada vez muestran más interés por el aceite de oliva virgen extra de arbequina y por supuesto, por la dieta mediterránea, del que es un ingrediente fundamental.
La historia del aceite en nuestra comarca
El cultivo del olivo de forma moderna en nuestra comarca data del siglo XIX. La extensión actual abarca 43 municipios, siendo la variedad principal el aceite de arbequina.
Cabe señalar que Cataluña ha sido una tierra propicia para el cultivo del aceite desde la época de los fenicios. Por esta razón, a lo largo de los siglos ha sido tradición el cultivo de este fruto, con especial énfasis en el centro-sur de la comunidad autónoma. Si viajamos algunos siglos atrás, se puede divisar el origen de la tradición del cultivo del olivo con los romanos y la dominación árabe de la zona.
A partir del siglo XVIII, dicho cultivo se hizo predominante y se tendió más a la especialización. Hay autores que confirman que el Duque de Medinaceli fue quien introdujo el olivo arbequino para su explotación. Una especie que procedía de Grecia y que favorecía la producción del aceite de oliva arbequina.
Sin embargo, hubo que esperar un poco más para que este modelo de producción oleícola se consolidara. Concretamente, el período clave para este hecho se sitúa entre los años 1900 y 1920. A principios del siglo XX ya había 90 prensas de barra y 9 de rincón repartidas entre los 62 molinos de aceite de la región. Esta situación económica favoreció a la comarca. Tal fue el interés que despertó, que llegaron comisionistas de Francia e Italia que habían oído hablar de esta variedad de aceite.
No obstante, no todo fue apogeo y esplendor, ya que el desplazamiento de la actividad exportadora al sur del país, el uso de los aceites de semillas, así como la subida de los alimentos en 1929 afectaron a la producción. A pesar de ello, los habitantes de la zona han sabido conservar la tradición oleícola de la comarca y mantener el prestigio internacional y la calidad de este aceite con el paso del tiempo.
Se trata de un producto que se obtiene por procedimientos mecánicos que no lo alteran. Por lo tanto, conserva su sabor y aromas, así como todas las características de la aceituna.
Comprar aceite de cooperativa, una apuesta por la calidad
La zona sur este de Lleida ha hecho historia en el país, ya que cuenta con la denominación de origen más antigua de España.
Para entender su creación es necesario hacer hincapié en la experiencia de las cooperativas de este territorio, puesto que algunas contaban, ya en 1975, con más de 50 años de historia. Es el caso también de nuestra cooperativa, activa desde el año 1921. La inquietud de potenciar la calidad del aceite de oliva virgen extra arbequina empezaba a ser una prioridad por parte de los agricultores.
Por aquel entonces, los productores de aceite de cooperativa catalana ya preveían la necesidad de tener un sello de calidad. De hecho, empezaba a tener un gran valor en ciertos mercados internacionales, como el italiano, así que era necesario crear un sello para identificar su origen y trabajar en su comercialización.
La diferencia con otras comarcas o territorios pasa por contar con un aceite de oliva virgen extra con más personalidad, calidad y exclusividad que otros fabricados a gran escala. El 90 % se extrae de la aceituna Arbequina, siendo el afrutado verde con más cuerpo y amargo, mientras que el afrutado maduro proviene de una recolección más tardía.
El territorio y la gente, factores clave para el aceite de oliva virgen extra de Les G***s
Si algo tenemos claro, es que el aceite de Bellaguarda tiene una personalidad única.
La cantidad de municipios involucrados históricamente en su producción, la cultura alrededor de la tradición oleícola y como se ha potenciado con el tiempo gracias a la creación de museos o actividades como visitas organizadas, tours, y catas, dan a este aceite oliva virgen extra una identidad propia. Este aceite de oliva no se entendería ni sería lo mismo sin su territorio ni su gente.
Un factor a tener en cuenta son las buenas condiciones en las que se encuentra la comarca. Las hectáreas de secano, junto a la altitud respecto al nivel del mar, hacen que el cultivo de la aceituna arbequina se pueda desarrollar aprovechando al máximo la situación geográfica del territorio.
Este tipo de terreno facilita la elaboración de un aceite filtrado sin impurezas. Por dicha razón, el aceite de arbequina se puede consumir diariamente. Incluso, sus propiedades y cualidades naturales lo hacen un alimento imprescindible en la dieta mediterránea.
Oli d’arbequina de Bellaguarda
Para concluir, no se puede pasar por alto la importancia de sociedades como la nuestra, con más de 100 años de historia nacida bajo el nombre Cooperativa del Camp de Bellaguarda, hace ya más de un siglo, concretamente en 1921. Olis Bellaguarda reúne a un total de 60 productores de aceite de oliva, con los que producimos entre todos cerca de 250.000 litros de aceite virgen extra al año, comercializado en dos marcas propias: Les Trilles y 1921 Bellaguarda.
Este aceite de oliva es rico en compuestos polifenólicos y antioxidantes naturales. Estos son los principales responsables de proporcionar un gran número de beneficios para el organismo, además de potenciar el sabor de los alimentos y no necesitar tanta cantidad como en otros aceites, por su intenso sabor.
En resumen, el aceite de arbequina está ligado a una tradición con muchos siglos de historia. La comunidad de productores de la comarca ha defendido siempre la cultura oleícola del territorio, hasta conseguir hitos como tener la Denominación de Origen más antigua de España. Además, los sellos y la comunidad gastronómica nacional e internacional resaltan el valor y la calidad de un producto que conserva el mismo carácter y calidad de siempre, gracias a la gente que lo trabaja, los habitantes de Bellaguarda.